Hay momentos en que ni tú mism@ sabes que pasa, pero necesitas a alguien que coja tu mano y te lleve, sin rumbo, a algún lugar en el que puedas sentirte mejor. Esa gente es la que siempre sabe dónde llevarte, qué decirte, o simplemente cuando escucharte o incluso, estar en silencio.
Hay días clave en los que llegas a lo más hondo de tu alma, pero solo, para coger impulso.
No soy de esas que se quedan recreando el pasado y ni mirando demasiado el pozo, me gusta explorar y descubrir tantas cosas que no me puedo entretener ni un solo segundo en ver algo que ya he visto, necesito avanzar, explorar otros mares, otros pozos quizá, pero siempre, acompañada, porque la vida como mejor se vive es cerca de personas que te aporten felicidad y ternura, que agranden tu alma y te hagan mejorar cada aspecto de tí.
Que te hagan crecer y que te ayuden a tirar para delante.
De esa gente hay muy poca, todo el. Mundo es muy tóxico, muy falso y muy interesado.
Por eso a veces, es mejor estar sol@ un tiempo para descubrir qué y a quien necesitamos y a quienes no.
Todo es un continuo aprendizaje, la vida no para, y nosotros tampoco debemos pararnos.
Vive, aprende y disfruta.
Vida solo hay una, no podemos perder el tiempo
