Quien me diría a mí que un día sería de pueblo. Yo, la chica más urbana que puedes echarte a la cara, pues sí, llega un día que el país te lo pone todo tan dificil que te toca irte a un pueblo al quinto cuerno a independizarte y vivir la experiencia. Carlet lo recordaré con cariño, en un principio no lo valoré, pero tenía un pisazo, a precio de ganga, y gracias a él puedo decir que valoro más a la persona que tengo a mi lado, a mi familia y a mis amistades. Queda feo, pero lo que ves todos los días, no lo valoras con la misma intensidad que valoras las cosas cuando ya no están. Con ello no quiero decir que hubiesen desaparecido durante un año, pero no estaban en la misma proporción, y no por ellos, si no por mi salud.
Carlet me llegó a poner bastante enferma a todos los niveles, nunca me había visto tan mal en la vida, gracias a mi pequeña Nala y a mi pareja, he salido del bache, pero sé que sin ellos no lo hubiera hecho.
Necesitaba como al agua venir a vivir de nuevo cerca de los míos, volver a volcarme en mis proyectos, amistades y tener de nuevo a mi familia cerca.
Gracias Carlet por la experiencia y el crecimiento personal que me has brindado, por tí me siento diferente.
Ahora, por fin vuelvo a ser yo, tengo a los míos cerca, y toda esa pesadilla se ha acabado. Comienza una nueva etapa.
Comienza una nueva vida.
