Aquel que vive aventuras, el que te hace vibrar, el que te hace sonreír pero también llorar a veces. El que lucha, el que es fuerte, el que no se rinde y el que no te deja rendirte, aquel que te da fuerzas y te empuja a cumplir tus sueños.
Ese era mi malote, aquel con el que siempre quería estar, con el que siempre tenía tiempo, con el que siempre me apetecía.
Lo quería, ¡vaya que si lo queria! Me faltaba el aire, el sueño y se me venía el mundo encima si no lo tenía cerca.
Estoy segura, que en otra vida, estaremos destinados, en otra vida… pero no en esta.
Ese subconsciente de chica vivida que sabía que era el tipo de hombre que no te convenía, era ese hombre que lo mismo te lleva a la luna que de repente te da de bruces con esa realidad que duele.
Es de esos de los que sabes que tendrás noches bajo las sábanas de auténtica lujuría y otras, que llorando a mares.
Ella lo sabía, por eso lo dejó marchar.
Ella lo sabía, pero no lo pudo olvidar
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